Fármacos Boletín electrónico latinoamericano para fomentar el acceso y el uso adecuado de medicamentos



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Resultados: El uso de marcas en el programa de Medicare fue de 2 a 3 veces superior que en el programa del VA: 35,3% vs 12,7% para los antidiabéticos orales; 50,7% vs 18,2% para las estatinas; 42,5% vs 20,8% para los inhibidores de la ACE o los ARBs, y 75,1% versus 27,0% para los análogos de la insulina. El uso de estatinas de marca ajustado según región hospitalaria osciló (entre el percentil 5 y el 95) de 41,0 a 58,3% entre los beneficiarios de Medicare y 6,2% a 38,2% entre los del VA. Para cada uno de los grupos, los valores del percentil 95 de los beneficiarios del VA de la región hospitalaria tenían un uso más bajo de marcas que el percentil 5 del programa de Medicare. Si el uso de medicamentos de marca en el grupo de pacientes de Medicare hubiera sido el mismo que entre los pacientes del VA, se hubieran ahorrado US$1.400 millones.
Limitaciones: Este análisis no puede describir completamente los factores que intervienen en las diferencias en el uso de medicamentos de marca.
Conclusión: Los beneficiarios del programa de Medicare que tienen diabetes consumen entre dos y tres veces más productos de marca que un grupo parecido de pacientes del programa de VA, lo que acarrea un aumento considerable de costos.

Biosimilares, aliados del sistema si se regulan bien

José A. Plaza



Diario Médico, 23 de Septiembre de 2013
Que los biosimilares llegan para quedarse, y que dejarán huella en el mercado y el sector farmacéutico, no es novedad, así que la aprobación de los primeros biosimilares de anticuerpo monoclonal (denominados Inflectra, desarrollado por Hospira, que surgen del biológico original Remicade -infliximab-) no ha hecho más que impulsar la relevancia de estos fármacos.
Cabe recordar que los biosimilares han estado muy de actualidad en los últimos meses por la posibilidad, finalmente descartada en la modificación de la Ley del Medicamento gracias al trabajo de grupos políticos e industria, de que pudieran equiparse a genéricos en términos de posibles sustituciones.
Para saber qué puertas puede seguir abriendo esta aprobación, Diario Médico (DM) se ha puesto en contacto con la Asociación Europea de Medicamentos Genéricos (EGA). En primer lugar, ha señalado, en palabras de Victor Lino, coordinador de Política Farmacéutica y Economía de la Salud de la patronal, la dicotomía que persigue a los fármacos biológicos: curan y mejoran la calidad de vida, pero son muy caros.
Ahorro y mejor acceso
Lino introduce un problema estrechamente vinculado con estos fármacos, la dificultad y limitación en el acceso. Es en este punto donde entran las noticias positivas para los biosimilares, evolución del fármaco biológico del que nacen, ya que "proporcionan una opción más asequible, aumentando el acceso a tratamientos normalmente muy caros".
El impacto en los sistemas sanitarios de los biosimilares "puede ser enorme, pero depende de cómo las autoridades sanitarias creen el entorno regulatorio adecuado para que aumente la prescripción, dispensación y uso de biosimilares".
Junto a esta petición, el experto de la EGA añade la necesidad de que las administraciones "tengan en cuenta el coste de desarrollo de estos productos e instauren un esquema de precio y reembolso que incentive a las compañías a comercializar estos fármacos, que generarán ahorros a los sistemas sanitarios".
En la palabra ahorro, ligada a un mayor acceso terapéutico, reside, según Lino, el arma principal para convencer a las administraciones. La EGA cita el caso de filgastrim en el Reino Unido, uno de los más utilizados para defender el coste-efectividad que pueden generar los biosimilares.
También más equidad
La patronal europea no duda en citar la aprobación de los biosimilares de infliximab (Remicade) como "una nueva era". Destinados al tratamiento de enfermedades autoinmunes (reumatológicas, psoriásicas y ligadas al Crohn, entre otras), la EGA cree que con la disponibilidad de estos biosimilares "habrá más equidad en el acceso a fármacos, se podrá tratar de igual manera a más pacientes,  antes y con más beneficios, y se reducirán, por tanto, las hospitalizaciones".
Lino habla de un entorno europeo "muy regulado", uno de los factores por los que la UE "lidera el avance de los biosimilares". Si éstos se adaptan a las guías existentes en fármacos biológicos, y viceversa, y las recomendaciones clínicas se concertan según grupos de moléculas, la EGA cree que los biosimilares tendrán campo abierto para su desarrollo.
La Efpia, patronal europea de laboratorios farmacéuticos, también ha mostrado a DM su satisfacción por la aprobación de los dos biosimilares de monoclonales, aunque lo ha hecho de forma mucho más breve y moderada que la EGA: "Se trata de un hito para los biosimilares; esperamos conocer, en las próximas semanas, más implicaciones de esta importante decisión para los fármacos biológicos".
DM ha hablado también con Hospira, responsable del desarrollo de Inflectra (infliximab) y una de las empresas con más biosimilares en desarrollo.
Fuentes de la compañía han destacado, de entrada, la relevancia de los biológicos en la última década en el tratamiento de diversas enfermedades inflamatorias: "Han mejorado sustancialmente la terapia en patologías como la artritis reumatoide y la enfermedad inflamatoria intestinal, pero, a la vez, son responsables de los mayores costes farmacéuticos en muchos países". Frente a esta realidad, Hospira explica que "la introducción de anticuerpos monoclonales biosimilares podría ahorrar en Europa más de €20.000 millones hasta 2020".

Aliados del sistema
Gracias al menor coste farmacéutico de estos fármacos, "los sistemas sanitarios podrán gestionar sus presupuestos de forma más eficiente. Infliximab y los medicamentos biosimilares son magníficos aliados del sistema sanitario porque ayudan a crear modelos coste-efectivos y de calidad".
Sin olvidar el debate generado en torno a biosimilares y genéricos, la compañía considera "fundamental entender bien las diferencias, y tener una regulación específica y diferente". Así, Hospira apoya "cualquier regulación que considere que genéricos y biosimilares son realidades distintas, y que se desarrolle de forma informada teniendo en cuenta a todos los implicados".
Como conclusión, y de acuerdo con lo señalado por la EGA y Efpia de que la aprobación de estos biosimilares es sólo el principio, la compañía califica su llegada al mercado como "hito y, a la vez, primer escalón".
Los biosimilares, de titular en titular

La última noticia en torno a los biosimilares es precisamente el detonante de este reportaje, la aprobación de los primeros biosimilares de anticuerpos monoclonales en Europa, pero meses antes estos fármacos habían saltado a la palestra por otros motivos, vinculados con la regulación y los precios: por ejemplo, Farmaindustria y Ministerio de Sanidad discrepaban hace más de un año sobre la sensibilidad de la industria al establecer precios en biológicos. Ya este año, el sector pedía a gritos que los biosimilares no se equipararan a los genéricos en relación con posibles sustituciones.


Las últimas aprobaciones en Europa avivan el debate sobre su impacto sanitario

Pérdida de patentes

Se aproxima una avalancha de biosimilares; muchos de los biológicos empiezan a perder su patente y la industria se está lanzando a desarrollar 'copias' biosimilares.


Mercado al alza

Aunque se manejan varias cifras, IMS Health calcula que los biológicos suponen un mercado en crecimiento del 8% anual.


Oncología

Se espera su 'boom', pero se trata de un proceso que tiene su 'tempo': no llegará hasta que los grandes productos, muchos oncológicos, pierdan patente.


Precios a la baja

La llegada de biosimilares al mercado provoca una bajada en el precio del medicamento innovador del que proceden; el SNS espera ansioso



Tiempo al tiempo

A pesar del consabido descenso en el gasto, el consumo de biosimilares aún es limitado





Precios



Comparación de la costo-efectividad de los fármacos utilizando los resultados de los ensayos clínicos aleatorios o la práctica clínica: el ejemplo de los inhibidores selectivos de la Cox-2 (A comparison of cost-effectiveness using data from randomized trials ar actual clinical practice: selective Cox-2 inhibitors as an example)

Tjeerd-Pieter van Staa et al.



PLoS Medicine 2009; 6(12): e1000194

http://tinyurl.com/o9ppfhh

Traducido por Salud y Fármacos
Los datos sobre el riesgo absoluto de los medicamentos para la salud y la información sobre los patrones de uso que se incluyen en los estudios de costo-efectividad suelen proceder de los ensayos clínicos aleatorizados. El objetivo de este estudio fue evaluar la validez externa de los estudios de costo-efectividad que se han publicado comparando los datos utilizados en estos estudios (generalmente basados en ensayos clínicos aleatorizados) con los datos procedentes de estudios observacionales que utilizan información procedente de la práctica clínica. Como ejemplo se utiliza el caso de los inhibidores selectivos de la Cox-2.
Métodos y resultados

Se utilizó la base de datos de investigación en medicina general del Reino Unido (GPRD) para estimar las características de la exposición y la probabilidad individual de tener un evento gastrointestinal por exposición a antiinflamatorios no esteroideos (AINES) o coxibs. Se desarrolló un modelo básico de costo-efectividad para evaluar dos alternativas: la prescripción de un AINE convencional o un coxib. Las medidas de impacto fueron el evento gastrointestinal documentado en el GPRD y la hospitalización por evento cardiovascular documentada en el registro nacional de hospitalizaciones (estadísticas de episodios hospitalarios) que está asociado con el GPRD.


Los costos de la prescripción se calcularon a partir del número de tabletas prescritas, según la información que aparecía en el GPRD, y su costo, según la información publicada en el formulario nacional británico.
La muestra incluyó a más de un millón de pacientes a quienes se les había prescrito un AINE o un coxib. Solo una minoría de pacientes utilizó los medicamentos diariamente y durante un periodo prolongado de tiempo (34,5% de los que fueron recetados AINEs convencionales y el 44,2% de los que recibieron una receta de coxibs), mientras que en los ensayos clínicos se requería el consumo diario durante un periodo de seis a nueve meses.
El costo medio de prevenir un evento gastrointestinal, según el GPRD, fue de US$104.000 (con un rango de US$64.000 con el uso diario a largo plazo a US$182.000 con uso interrumpido) y el costo de prevenir una hospitalización fue de US$298.000. El costo medio de cada evento ambulatorio (GPRD) durante los años calendarios 1990-1993 fue de US$58.000 y entre 2002 y 2005 ascendió a US$174.000.
Si en lugar de utilizar la probabilidad de eventos reportada en el GPRD hubiéramos utilizado la información procedente de los ensayos clínicos, el costo medio hubiera sido de US$16.000 utilizando la información del ensayo VIGOR y de US$20.000 con la del ensayo CLASS.
Conclusión

Los análisis de costo-efectividad de los coxibs que han sido publicados carecen de validez externa, no representan a los pacientes que acuden a la práctica clínica regularmente, y no deberían haberse utilizado para estimar políticas de prescripción. Se debería exigir que los estudios de costo-efectividad tuvieran validez externa.

Argentina. Asociación de Agentes de Propaganda Médica Argentina denuncia a la industria farmacéutica Ver en Ética y Derecho bajo Conducta de la industria

Comunicado de prensa

Buenos Aires, 5 de septiembre de 2013

Argentina. Gremios negocian con nación el control de medicamentos

Luis Autalán

BAE Argentina, 9 de septiembre de 2013

http://tinyurl.com/og8ojds


La CGT de Antonio Caló lo analiza con la Superintendencia de Servicios de Salud. El 30% de los gastos en obras sociales corresponde a los fármacos.
El tercer paso del diálogo social que convocó el Gobierno estará dedicado a establecer una política de control de precios de los medicamentos. Cumplida la meta de la modificación de Ganancias y ante el inminente lanzamiento de la ofensiva contra el trabajo ilegal, el tópico sobre salud es otro de los ejes definidos. El dato duro se constituye en que el 30% del presupuesto destinado a las prestaciones de las obras sociales a sus afiliados se aplica a la compra de medicamentos.
En efecto, la cuestión ya promovió encuentros entre dirigentes sindicales, las cámaras empresarias que agrupan a los laboratorios y la Superintendencia de Salud. Dirigentes de la CGT encabezada por Antonio Caló y la CTA de Hugo Yasky le confirmaron a BAE Negocios que hay “decisión tomada” con respecto a encarar en “forma inmediata” este problema. “El control de precios a los medicamentos es una de nuestras prioridades en materia de salud; hay otras, pero esta es relevante”, dijo Antonio Caló. Dentro de esa central el referente de los trabajadores de Obras Sanitarias José Luis Lingeri planteó el tema durante la reunión en la Casa Rosada donde se anunció la modificación del mínimo no imponible. La presidenta Cristina Fernández no dudó incorporar ese punto a la agenda del diálogo social. Desde la CTA, el secretario adjunto Pedro Wasiejko destacó la incitativa de Lingeri y dijo: “Es fundamental avanzar sobre este tema. Y aclaramos que no le dijimos a los laboratorios que no ganen dinero, sino que su rédito sea el adecuado”. La Central de Trabajadores Argentinos considera relevante establecer –desde Nación– un listado de medicamentos con los precios correspondientes. Allí estiman que el mismo Indec, aprovechando incluso la modificación del IPC, podría generar la información necesaria.
Lingeri le dijo a este diario que ya se iniciaron las conversaciones con los representantes de los laboratorios: “Confiamos en la buena voluntad las partes para llevar adelante un trabajo que beneficiará a todos”. El dirigente de Obras Sanitarias comentó también que la gama de propuestas abarca un capítulo especial para los tratamientos de fertilización asistida (ver recuadro). Con los datos sobre los gastos por medicamentos en carpetas, los recursos que las obras sociales destinan para ese menester van desde el 20%, promedian el 25% y en la mayoría de los casos alcanzan –o superan– el 30 por ciento. “Una parte muy importante del PBI incluye esas prestaciones”, recalcó Wasiejko. Los medicamentos genéricos también forman parte de los considerandos que evaluó Lingeri en su análisis. “La cuestión básica es que todos pongamos las cartas sobre la mesa, hagamos un análisis a conciencia y busquemos la mejor solución”, refrendó el dirigente de Obras Sanitarias.
La CTA además de estar dispuesta a trabajar en conjunto con la CGT de Caló cuenta con los estudios y análisis del Cifra, su centro de labor para problemáticas sociales. Dicho ente está constituido por los representantes de los sindicatos de la central y por investigadores del Área de Economía y Tecnología de la Flacso y del Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (Cenda). Lingeri ponderó también que las obras sociales deben realizar esfuerzos importantes para brindar el servicio que sus afiliados requieren y el ordenamiento de los valores de los fármacos es una herramienta que se corresponde con los principios de justicia social que se dignificaron a partir del 2003 a la fecha. “Consideremos a la salud como un derecho de todos los trabajadores y sus familias, porque ésa es nuestra obligación”, enfatizó. En tanto otros dirigentes de la CGT se lamentaban por lo que consideran algo más que un detalle. “Están los que trabajan por objetivos como éste y no faltan los que menoscaban cualquier iniciativa legítima o directamente tratan de fogonear el fracaso”, deslizan, y en cuanto a escenarios, consideran que esa realidad no sólo tiene que ver con las elecciones de octubre.


Especial interés en fertilización asistida

El capítulo de atención a la salud dedicado a la fertilización asistida también forma parte de las iniciativas que las centrales sindicales decidieron motorizar en el marco del diálogo con empresarios y el Gobierno.


Dentro de las expectativas de la CGT Caló se prevé activar una mecánica de labor dentro del marco de la ley 26.862 (de Acceso Integral a los Procedimientos y Técnicas Médico Asistenciales de Reproducción Médicamente Asistida) para mejorar los servicios de las obras sociales dentro de esa normativa. Los costos de los tratamientos pueden llegar al valor de Pa50.000 (1US$=Pa6,04), en los casos de “alta complejidad”, y según la dirigencia sindical la cuestión exige “prolijidad y dinámica” para acceder a esas prácticas. En los informes que elaboró el equipo del dirigente José Luis Lingeri, se prevé la alternativa de crear bancos de óvulos, un registro de prestadores, la confección de un listado de los sanatorios habilitados para esos servicios y garantizar el asesoramiento profesional debido para aquellas personas que se sometan a dichos tratamientos.
La ley establece la prestación de cobertura integral, diagnóstico, medicamentos, terapias de apoyo y la asistencia profesional –médica y psicológica– para cada caso. Dentro de este capítulo, la dirigencia sindical también está coordinando la labor con la Superintendencia de Servicios de Salud que encabeza Liliana Korenfeld.

Colombia: ¿campeón mundial en precios de medicamentos?

Juan Gossaín



El Tiempo, 12 de julio de 2013

http://tinyurl.com/p65nuzp


Alfonsito aprovechó para encargarle unas medicinas a su hermano, que es hotelero y andaba de viaje por Europa. Alfonsito sabe lo que hace: su oficio es la administración de hospitales.
En una farmacia de Barcelona, cuya factura se tomó el trabajo de mandarme por correo, su hermano le compró diez cajas de Aprovel, un remedio para la presión arterial. Las diez le costaron €77,90 que al cambio actual equivalen a Pco188.000 (1US$=Pco1920,40). Eso significa que pagó Pco18.800 por cada caja. Al hacer sus cuentas, la presión de Alfonsito empezó a bajar por primera vez.
Agárrense: en Colombia, con el mismo nombre, hecho por el mismo laboratorio, metido en el mismo empaque, con las mismas 28 pastillas de los mismos 150 miligramos, Alfonsito pagó Pco189.200 por la caja. Diez veces más. Mil por ciento de diferencia. Es así de monstruoso: aquí compras una sola caja con la misma plata que en España compras diez. ¿Por qué? Porque aquí nos pelan mansamente, como a las ovejas, y nadie se indigna.
Alguien podría decir que eso se llama contrabando. Yo sé que el contrabando es un delito castigado por la ley. Y sé que las leyes se hicieron para cumplirlas. Pero, ¿están obligados los colombianos a obedecer normas inicuas, que son un atropello y les hacen daño? Quién ha dicho que la gente tiene que dejarse morir solo porque no puede costear la codicia de los mercaderes. No toda ley es justa. (Aunque todo lo justo debería ser ley).
Un colombiano promedio no tiene con qué pagar el precio abusivo de los medicamentos. Ni para qué hablar de quienes ganan el salario mínimo, que son la inmensa mayoría del país.
La Comisión Nacional de Precios, para evitar, precisamente, que se cometieran los atropellos que venimos padeciendo, a mediados de los años sesenta estableció el sistema de control de precios de las medicinas. Pero fue suprimido en 1977, durante el gobierno de López Michelsen, el insuperable estadista cuyo centenario están celebrando en estos días sus adoradores.
Por cuenta suya, los pacientes colombianos, que son los colombianos más pacientes, han tenido que soportar la arbitrariedad durante cuarenta años. Los gobiernos siguientes, cortados con la misma tijera, tampoco se esforzaron mucho por revivir ese control. Finalmente crearon la Comisión Nacional de Precios de Medicamentos y Dispositivos Médicos –mucho nombre para poca cosa–, integrada por los ministros de Salud y de Comercio, y un delegado del Presidente de la República.
Ahora sí llegamos a donde teníamos que llegar. Porque, ante los excesos que se cometen, solo hay dos opciones, sin escapatoria posible: o dicha Comisión se convirtió en un rey de burlas, que se dedica a emitir disposiciones que nadie cumple ni nadie hace cumplir, o es ella la que autoriza esos precios desmedidos que cobran en las farmacias.
No me atrevo a pensar cuál de las dos posibilidades es peor. Se trata, en cualquier caso, de una auténtica omisión nacional.
Estas son algunas pruebas

Examiné cuidadosamente dos resoluciones distintas de la mencionada Comisión, la 001 del 30 de diciembre de 2011 y una más del año 2012. Tomé al azar algunos de los medicamentos cuyos precios máximos de venta al público aparecen en ellas. Luego los comparé con lo que de verdad cobran en las farmacias.


1. Dostinex. Sirve para normalizar la producción de leche después del parto. Caja de 8 tabletas de medio miligramo. Precio máximo autorizado por el Gobierno: Pco89.982,50. Precio en una farmacia: Pco218.000.

2. Neurontín. Para convulsiones y dolores de nervios. Caja de 10 tabletas de 800 miligramos. Precio máximo autorizado: Pco30.804,50. Precio en una farmacia: Pco75.500.

3. Zoloft. Para ansiedad y depresiones. Caja de 20 tabletas de 100 miligramos. Precio máximo autorizado por la Comisión: Pco80.720. Precio en una farmacia: Pco177.900.
El otro cáncer

De las mismas resoluciones saqué luego dos ejemplos de medicamentos para el cáncer, que están entre los más costosos del mercado, y también los comparé con los de una farmacia colombiana, y, además, con dos del exterior.


Las diferencias, siempre en contra de los colombianos, me dejaron perplejo. Al drama propio de la terrible enfermedad, a los precios autorizados, que de por sí son impagables, y a los sufrimientos de la víctima y sus allegados, se agrega este saqueo. Es triste decirlo, pero los precios también son un cáncer.
1. Mabthera (solución para preparar infusiones). De 500 miligramos por 50 mililitros. Precio máximo según la Comisión: Pco4’680.575. En una farmacia colombiana: Pco5’360.000. En una farmacia de Aruba cuesta el equivalente a Pco3’228.500 pesos.

2. Herceptín de 440 miligramos. Polvo que impide la aparición de tumores. Según las resoluciones del Gobierno: Pco5’541.509,60. En una farmacia colombiana: Pco6’356.200. En una farmacia de Honduras: el equivalente a Pco3’605.000.


Estos precios producen agrieras. Para eso recetan Nexium. A propósito: Nexium, de 28 tabletas y 40 miligramos, para el reflujo estomacal, cuesta aquí Pco220.000. En Venezuela vale Pco60.000.
Título mundial

Ante estas infamias, uno está obligado a preguntarse si, además de los sobrecostos en los productos comerciales, que se consiguen en las droguerías, también nos apalean en la canasta del Sistema General de Salud, que les pertenece a todos los colombianos.


Allí es donde los laboratorios, nacionales y extranjeros, ponen sus medicinas genéricas. Y allí también tolera el Estado que se rían de sus resoluciones. Con razón los recursos nunca rinden ni alcanzan, pero sí se pierden.
La fundación Ifarma, una entidad independiente que se encarga de analizar estos problemas en América Latina y el Caribe, afirma textualmente que “Colombia ocupa el primer lugar mundial en precios de medicamentos, lo que está llevando a la quiebra del sistema de salud”.
Un antibiótico sin patente y de uso común, llamado ciprofloxacino, en China vale US$31 y en Colombia vale US$131. Más de cuatro veces. “Los colombianos no tienen por qué seguir pagando más que el resto del mundo por salvar sus vidas”, concluye de manera rotunda el informe de Ifarma. La verdad es que aquí nadie controla a los grandes productores de medicamentos, ni a los importadores, ni a los vendedores.
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